Os habéis preguntado alguna vez, como sería la vida si pasásemos menos tiempo conectados a internet y lo dedicáramos a otras actividades ¿Qué otras cosas quedarían por hacer? y ¿Qué cosas realizaban nuestros antepasados antes de toda esta era digital?.
Os planteo esta pregunta.... ¿Aceptaríais marcharos a una cabaña en medio de la naturaleza en el que tendríais que vivir por 6 meses sin acceso a internet a cambio de una gran suma de dinero?. Pensároslo bien, porque creo que muchos diríais que sí, pero la realidad es, ¿De verdad podríais hacerlo, sin volveros literalmente locos?La idea de vivir sin internet en esta siglo, es casi impensable, incluso aquellos que lo intentan hoy
en día son llamados cromañones o inadaptados, pero os habéis puesto en los zapatos de esas personas para contemplar sus verdaderas razones...
Sinceramente creo que así como existen los monjes tibetanos que decidieron vivir de manera humilde y abstenerse de cosas como dinero o el placer para concentrarse en su desarrollo espiritual y su paz mental, también habrá gente que considere que esta nueva manera de vivir rodeados de información no del todo útil y siendo adictos a pantallas táctiles, no sea la mejor manera de emplear sus años de vida y por ende decidan alejarse un poco del caos de la ciudad para disfrutar de la paz de la naturaleza y del silencio.
Desde mi punto de vista, no creo que las personas de menos de 30 años a día de hoy seamos capaces de vivir sin estar conectados, ya que se ha creado tanto la necesidad de interactuar con el mundo que la solo idea de no poder expresar nuestros pensamientos o ideas con otros, nos generaría ansiedad y un miedo irracional a la soledad, por tanto creo que sería muy difícil, más no imposible hacerlo.
Sin embargo sí que considero, que una desconexión parcial de todo el caos que son las redes sociales, las noticias e incluso a veces los más allegados, permitiría a cada persona reflexionar sobre sus verdaderos planes en la vida, que a veces se ven nublados por ideas infundadas por aquellos que ejercen poder en sus vidas, ya sea los influencers, los políticos, los couches, tus padres, profesores, jefes, etc.
En la actualidad, el afán por ser reconocidos se ha convertido en una necesidad. Sobre todo gracias a la cantidad de medios digitales donde logras persuadir, influenciar o vender una versión moldeada de ti mismo para conseguir gustarle a la mayor cantidad de personas y por ende potenciar tu autoestima.
En conclusión necesitamos tomarnos más días de spa y de reflexión a solas para poder disfrutar de la poca libertad que nos queda antes de ser totalmente absortos por esta nueva era digital.
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